Las tecnologías que estamos viendo aparecer últimamente están cambiando de forma radical cómo piensan los consumidores, cómo actúan y cómo se relacionan con los demás. Pero también están obligando a las marcas a pensar su marketing dentro de este nuevo ecosistema, ya que sus viejas estrategias ya no sirven.
Por eso, si los anunciantes quieren ser capaces de adaptarse a este nuevo momento que estamos viviendo, tendrán que tener siempre en cuenta estos cuatro fundamentos que comparteAnthony Mullen, analista senior en Forrester Research en Ad Age.
1. El diseño es el nuevo marketing
La eficacia del marketing de interacción con los clientes está desapareciendo. Ahora, una marca es más de lo que se dice de ella, es lo que produce, y las experiencias que crea. Por eso, para diferenciarse e ir más allá con sus clientes, las marcas tienen que diseñar interacciones y experiencias únicas. Lanzarse a áreas como el diseño de juegos en los que los usuarios pueden conseguir recompensas solos o en grupo puede ser una opción ideal, aunque también requerirá que los anunciantes aprendan nuevas técnicas del diseño de juegos y la creación de productos.
2. El valor es la nueva moneda
El valor siempre ha tenido un papel importante en el marketing, y las marcas se han creado sobre esta propuesta. Pero la diferencia ahora está en la eficiencia y la velocidad del cambio de valor, que da a los anunciantes herramientas más fuertes con las que adquirir nuevos clientes y crear una fidelización a largo plazo. Es importante entender que los consumidores son muy conscientes del valor de sus datos y no dudan en pedir cosas a cambio, por lo que los anunciantes tendrán que demostrar su valor real si quieren ganarse a sus clientes.
3. Mediadores en las relaciones de marca
Cuando la gente o los dispositivos están utilizando la app o la web de una marca, entran en juego distintos niveles de intermediación. Se trata de una intermediación nueva, agentes que intelectualmente ofrecen experiencias a los consumidores y median en la relación con la marca. Cada vez más, el número de intermediadores irá multiplicándose, controlando cada vez más el software de los consumidores y apoyando y dando cobertura a las relaciones de marca.
4. La gente es quien regula
Gracias a las nuevas herramientas y canales, la sociedad conectada ha logrado hacerse con muchísimo control sobre las interacciones con las marcas. Pero no es malo para las marcas. La inteligencia que ofrecen los permisos más sofisticados ayuda a las marcas a pasar de una publicidad más rudimentaria a unas acciones mucho más avanzadas. Las marcas tienen que seguir poniendo al consumidor en el centro de sus programas, pero también dirigirse a ellos de forma inteligente, si no quieren quedar bloqueados para siempre.
Fuente. www.marketingdirecto.com