Continuamente leemos y escuchamos hablar acerca del engagement. Ese bien preciado como un tesoro para las marcas a través del cual se consolida su relación con los consumidores. Así pues, podemos definir al engagement, como el nivel o grado en el que los propios consumidores y marcas interactúan, y que además pone de manifiesto el compromiso de las propias marcas con los usuarios.
Traducido del inglés, el significado de ‘engagement’ viene a decir “noviazgo” y tanto en marketing como en comunicación seria la traslación del amor, del afecto y cariño. Se trata de construir relaciones sólidas, fuertes, recíprocas, permanentes y duraderas con nuestros públicos o audiencias. Por lo tanto, el engagement puede concebirse como la base fundamental para crear cierto grado de fidelidad y motivación entre quienes defienden o se sienten parte de una empresa o marca.
La proliferación de los medios y redes sociales ha impulsado el uso dado a este anglicismo como clave esencial de la relación existente entre empresas o marcas y sus propios fans y seguidores, y donde la conversación, el diálogo y la comunicación juegan un papel fundamental de sus mecanismos. Es el motor del amor y la pasión hacia las marcas.
Generar engagement, es sin duda el gran reto y objetivo de toda marca reconocida así misma como social y 2.0.
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